¿Cómo Evitar Lesiones De La Espalda?
Muchas de estas lesiones son causadas por errores en la técnica de los ejercicios.
Así como por falta de calentamiento, por usar pesos demasiado grandes sin estar preparados para hacerlo, conocer tu espalda y los lineamientos básicos de prevención de lesiones te ayudará a mantenerte libre de lesiones. Evita lesiones de espalda La columna vertebral La columna vertebral es el soporte de nuestro esqueleto y su especial arquitectura nos permite andar erguidos, la columna vertebral está conformada por muchos huesos, que se llaman vértebras. Al observar una columna vertebral normal desde un costado, se aprecia que se encorva hacia adentro en el cuello y la porción vea (región lumbar), y hacia fuera en el tórax y la pelvis. Las vértebras Las vértebras, se mantienen unidos gracias a bandas fibrosas resistentes, llamados ligamentos. La columna vertebral normal del adulto tiene 7 vértebras cervicales (cuello), 12 torácicas (porción superior de la espalda) y 12 lumbares grandes (porción inferior). Las vértebras lumbares son más grandes porque deben soportar gran parte del peso corporal. El sacro El sacro, que comprende 5 vértebras fusionadas, se localiza bajo las vértebras lumbares. Las ultimas 3 vértebras, también fusionadas, forman el coxis; En la parte central (interna) de las vértebras, se encuentra la médula espinal (sistema nervioso). Los discos intervertebrales Los discos intervertebrales se localizan entre las vértebras, cerca del sitio de salida de los nervios raquídeos. Estos discos sirven como cojines o “amortiguadores” entre las vértebras y evitan que estas se golpeen entre si cuando caminamos, corremos o brincamos; Cada disco se compone de un anillo fibroso resistente que tiene una sustancia gelatinosa en el centro. El daño al anillo externo puede originar la protrusión, hernia o ruptura del disco intervertebral. Ello ejerce presión en los nervios o en los tejidos circundantes y produce dolor. (De hecho, los discos no se pueden “desprender”, ya que están adheridos firmemente entre las vértebras. A medida que envejecemos, la columna vertebral suele tornarse rígida y perder su flexibilidad. Los discos se desgastan y los espacios entre las vértebras se angostan. Estos cambios son parte del envejecimiento mismo, sin que necesariamente sean dolorosos. En ocasiones, en las vértebras se forman protuberancias llamadas espolones óseos, que asimismo podrían ser causa de dolor. A medida que se desgasta el cartílago de acojinamiento de las articulaciones, los huesos se friccionan y puede experimentarse el dolor de la artritis. Sin embargo, es muy frecuente la dificultad para identificar con precisión la causa del dolor de la espalda, dada la complejidad de esta. ¿QUE PUEDE PROVOCAR LESIONES EN TU ESPALDA? Gran parte del peso corporal descansa en la porción inferior de la espalda. Esta es la ubicación mas frecuente del dolor de la espalda en las personas de 20 a 50 años. Las causas habituales radican en el estiramiento excesivo de uno o varios músculos (distensión) o sobredistensión de ligamentos (esguince). Esto puede deberse a:
- Levantar objetos incorrectamente
- Realizar los ejercicios con técnica incorrecta
- Doblar o hiperextender la espalda al realizar algún ejercicio
- Esfuerzo físico repentino y extenuante; un accidente, lesiones deportivas o una caída
- Sobrepeso, especialmente en la parte central del cuerpo
- La posición adoptada para dormir, sobre todo si es boca abajo
- Una almohada que fuerza el cuello a guardar una posición inadecuada
- Sentarse en una misma posición durante largo rato; postura incorrecta al estar de pie o sentado
- Sostener el auricular del teléfono con el hombro
- Cargar maletas, bolsas de mano o bolsas de hombro pesadas
- Sentarse con una billetera gruesa en una de las bolsas posteriores del pantalón
- Mantenerse inclinado hacia delante durante un tiempo prolongado
- El estrés y tensión cotidianos
- El aumento de peso normal o excesivo durante el embarazo
Como puedes ver, muchas de las causas son actividades que muchos de nosotros realizamos continuamente, sin siquiera pensar en el daño potencial que le estamos haciendo a nuestra espalda en el largo plazo.